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DESCUBRE LOS PUEBLOS MÁS BONITOS DE MALLORCA

    Hay muchos motivos que explican por qué vale la pena poner rumbo al aeropuerto de Palma. Y no son solo las preciosas playas de Mallorca o la exquisita gastronomía mediterránea que llena las cartas de los restaurantes locales. Nos referimos, como no podía ser de otro modo, a la sugerente arquitectura típica de la isla, aún presente en algunas localidades del interior y en pequeñas villas de pescadores que parecen desafiar el paso del tiempo. Si quieres comprobarlo por ti mismo/a, ¿qué te parece hacer un recorrido por los pueblos más bonitos de Mallorca?

    Si tú también vives en un territorio insular o has pasado tus vacaciones en islas, sabrás de primera mano que muchas veces no es posible llegar en transporte público a algunos de estos destinos mágicos, cuyo aislamiento forma parte de su encanto. Ahora bien: optando por un coche de alquiler en Mallorca, lo tienes muy fácil para explorar aquellos destinos que parecen esquivos al visitante, pero que están preparados para cautivar a los viajeros con sus construcciones de otra época, sus calles adoquinadas o sus inmediaciones pintadas de verde y azul.

    Aunque seguramente nos quedaremos cortos con esta lista de los pueblos más bonitos de Mallorca, te aseguramos que lo que encontrarás en este top-10 no te decepcionará en absoluto.

    Alcúdia

    Viajamos al norte de Mallorca para llevarte a la magnífica Alcúdia, protegida por la única muralla completamente conservada de la isla. Estos muros te harán retroceder hasta el siglo XIV, fecha en la que el rey Jaime II ordenó su construcción. No menos recomendable es pasear por el centro histórico, cuidadosamente restaurado, y en cuyas callejuelas encontrarás restaurantes, cafés, patios, tiendas, boutiques y otros establecimientos que redondearán tu visita a Alcúdia. Por cierto: si vas a viajar a Mallorca en verano, te gustará saber que se organizan conciertos al aire libre de jazz y de música medieval junto a las murallas.

    Aún hay más: a pocos kilómetros del centro, se halla la ciudad romana de Pollentia, considerada como una de las más antiguas del Mediterráneo español.

    Andratx

    Enmarcado en la sierra de Tramuntana o Tramontana, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2011, Andratx es uno de esos lugares que no puedes perderte durante tus vacaciones en Mallorca. Formado por cinco núcleos de población —Andratx, el puerto natural de Port d’Andratx, S’Arracó, Sant Elm y el Camp de Mar—, este pequeño municipio de 11.000 habitantes, muchos de ellos residentes extranjeros, sorprende por su paleta de colores y su fotogénico emplazamiento entre el mar y la montaña.

    Su lista de monumentos es ingente e incluye sitos como la iglesia de Santa María de Andratx, la iglesia de la Mare de Déu del Carme, los castillos de Son Mas y Son Orlandis y las ruinas de un antiguo convento trapense. Sin embargo, la joya de la corona es la cala d’en Basset, un rincón donde se funden la arquitectura mallorquina tradicional y unos paisajes litorales que dejan sin palabras.


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    Banyalbufar

    He aquí otro de los pueblos más bonitos de Mallorca, y en concreto, de la costa sudoeste. Eternamente vigilado por las cimas de la sierra de Tramuntana, este municipio de 500 habitantes condensa la esencia de la Mallorca rural, gracias a la presencia de viñedos y bancales, cultivados para aprovechar la accidentada geografía local. Asimismo, Banyalbufar también da acceso Port des Calonges, un núcleo pesquero como los de antaño, así como a calas tan seductoras como Son Bunyola, Es Corral o Banyalbufar. Asimismo, tampoco nos podemos dejar en el tintero la cercana Estellencs o la montaña de Galtzó.  

    Capdepera

    Este municipio del extremo oriental de Mallorca es otro de los lugares de visita obligada de la isla. De hecho, concentra algunos de sus principales núcleos turísticos, como Cala Ratjada —el punto más próximo a la vecina Menorca—, Cala Mesquida, Canyamel o Font de Sa Cala. También hay que referirse al impresionante castillo de Capdepera, un recinto fortificado levantado en el siglo XIV por orden del rey Jaime II y que llegó a albergar más de 154 viviendas. Hoy, el castillo de Capdepera es Bien de Interés Cultural y un potente reclamo para los aficionados al turismo cultural.

    ¿Te apetece contemplar unas vistas de impresión? Si es así, escápate al famoso faro de Capdepera: te garantizamos que no te vas a arrepentir.

    Deià

    No es de extrañar que este sea el escenario de algunas de las mejores rutas de senderismo en Baleares. Y es que Deià, emplazado en la costa occidental, es uno de los pueblos más bonitos de Mallorca. A caballo entre el mar Mediterráneo y la sierra de Tramuntana, y gracias a su belleza, Deià ha sido desde los años sesenta un imán para artistas y escritores, como Robert Graves o Helen Wash, quien ambientó aquí su novela The Lemon Grove (2014). Sus interesantes muestras de arquitectura popular plasmada en casas de piedra, su delicada naturaleza y sus calles empedradas son un regalo para los sentidos. Un consejo: una vez allí, desde el pueblo, toma el camino des Racó, que te conducirá a una de las cascadas más hermosas de Mallorca.

    Felanitx

    Hacer una excursión a Felanitx en coche siempre es un acierto seguro. Allí te aguarda el monasterio de San Salvador, fundado en 1346 y coronando la sierra de Llevant (509 m) con una llamativa cruz de 14 m y una columna de 23 m. Desde allí, gozarás de unas vistas únicas sobre la costa sureste, sin olvidar la isla de Cabrera, el castillo de Santueri o el cabo de Formentor, el punto más septentrional de Mallorca. Tampoco podemos obviar el mercado de Felanitx, que tiene lugar todos los domingos por la mañana.

    Pollença (Pollensa)

    Si Deià ha sido capaz de atraer escritores y pintores, otro tanto podría decirse de la evocadora localidad de Pollença. Por aquí han pasado personalidades de la talla de Miguel Costa Llobera, Santiago Rusiñol o Joaquín Mir, quienes han quedado prendados del magnetismo de las playas de Pollença. De ahí que este destino turístico acoja numerosos museos y galerías de arte, así como un festival de música internacional. La zona costera, Port de Pollença, se encuentra frente a la elegante Ciutadella, en Menorca.

    Sineu

    Otro de los pueblos más bonitos de Mallorca se halla en el corazón de la isla. Nos referimos a Sineu, cuyo principal aliciente es su arquitectura, con la iglesia parroquial y su campanario de siete alturas como mayor exponente. Por otro lado, Sineu da cabida al hospital rural más antiguo de la isla, de 1240. Si quieres desconectar durante tu escapada, tómate un café o un refresco en la coqueta plaza des Fossar. Y si te apetece jugar al golf en Mallorca, te gustará saber que aquí tienes el Golf Park Puntiró, en mitad de la campiña mallorquina.

    Sóller

    Formado por siete núcleos de población —Port de Sóller, L’Horta, Biniaraix, Es Estiradors, Ses Argiles y S’Alqueria des Comte— y limitando con el término municipal de Bunyola, Deià, Fornalutx y Escorca —en cuyo término está el monasterio de Lluc, un importante centro de peregrinación—, Sóller es uno de aquellos rincones de Mallorca que explican el innegable tirón turístico de la isla. Arropada por una plantación de cítricos y situada en lo que se conoce como la Vall d’Or, esta localidad del norte de Mallorca tiene mucho que ofrecer al visitante. Déjate seducir por la vitalidad de la plaza de la Constitució, embellecida por la iglesia de Sant Bartomeu —de estilo gótico y declara Bien de Interés Cultural— y salpicada de bares, cafeterías y restaurantes. Una vez allí, vale la pena entrar en Can Prunera, un espacio de exposiciones en un bello edificio modernista, así como el jardín botánico. Y si quieres ir de compras por Mallorca, pásate por el mercadillo de Sóller, abierto los sábados por la mañana.

    Tras tu visita, puedes montarte en el histórico tren de Sóller o, si te has decidido por el alquiler de coches en Mallorca, toma desde allí la carretera a Valldemossa. Te explicamos por qué a continuación.

    Valldemossa

    No podíamos acabar nuestra lista de los pueblos más bonitos de Mallorca sin referirnos a Valldemossa, un municipio del oeste de la isla que también merece tu atención por su arquitectura popular, sus calles con adoquines y sus viviendas jalonadas de plantas. Eso sí: no serás ni mucho menos el primer visitante que se enamora de este enclave ni de su buque insignia: la cartuja de Valldemossa. En ella se alojó en el invierno de 1838 y 1839 la pareja formada por Frédéric Chopin y George Sand durante su viaje a España. Chopin compuso allí los preludios Op. 28, mientras que la pluma de Sand alumbró un cuaderno de viaje autobiográfico: Un invierno en Mallorca. Más adelante, también pasarían por este edificio religioso Rubén Darío, Jorge Luis Borges, Gaspar Melchor de Jovellanos o Santiago Rusiñol, entre otros.

    A 5 km de Valldemossa, se despliega Miramar, la antigua residencia del archiduque Luis Salvador de Austria, y donde Nicolás Calafat instaló la primera imprenta de la isla.

    ¿Qué te ha parecido este itinerario por los pueblos más bonitos de Mallorca? ¿Has tenido ocasión de visitar alguno? ¿Añadirías otros nombres a la lista? Si es así, no dudes en mandarnos tus comentarios y opiniones. Nos encantará saber un poco más de tus escapadas a Mallorca.

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