Cala d’Or es un destino turístico familiar y uno de los pueblos más visitados de Mallorcadurante los meses de verano. Nació como un rincón de relax para artistas intentando reflejar el espíritu de Ibiza, por eso la mayoría de los edificios de Cala d’Or son del color blanco tradicional del Mediterráneo.
Josep Costa y Ferrer compró la tierra entre Cala Gran y Cala Llonga en 1932 y construyó allí casas con estilo ibicenco. En 1933 el artista belga Medard Vergurgh inauguró el primer hotel, el hotel Cala d’Or y el pueblo se convirtió en residencia de artistas.
Cala d’Or incluye Cala Ferrera, Cala Esmeralda, Cala Gran y Cala Llonga. Cada una de ellas era un pequeño puerto de pescadores y los payeses iban allí a lavarse a ellos y a sus animales tras un día de duro trabajo.
El pueblo ofrece una amplia selección de restaurantes, bares y tiendas y cuenta además con un puerto deportivo.